“Frente a la fragmentación social tenemos que apostar
a la integración en
la escuela”,
Prof. Mario Oporto,
11-02-09
El DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO,
Una propuesta para el mejoramiento de las prácticas institucionales
En el marco de la Ley Provincial de
Educación Nº 13688, Capítulo II “Fines y
objetivos de la política educativa”, Art. 16, inc. J, que establece: “Propiciar
la participación democrática de docentes, familias, personal técnico y
profesional de apoyo, estudiantes y comunidad en las instituciones educativas
de todos los Niveles y Modalidades, promoviendo y respetando las formas
asociativas de los alumnos”, se realiza el presente documento, con el objeto de
brindar orientaciones para la construcción del Diagnóstico Participativo
Institucional.
Pensamos la
inclusión educativa desde un enfoque de derechos. Desde este paradigma de
interpretación de los actores sociales se interpela a toda la comunidad
educativa como sujetos plenos, con capacidad de decisión, con derechos y con
potencialidad para ejercer y construir ciudadanía. Esta cultura inclusiva supone acoger al conjunto de los integrantes de
la comunidad educativa, como un universo heterogéneo y diverso.
Es
a partir de los procesos de participación
que la heterogeneidad de los
sujetos se hace visible, constituyéndose en “una riqueza a ser aprovechada
pedagógicamente”. Las políticas públicas en materia de educación desarrollan
lineamientos institucionales para efectivizar la vigencia plena de los derechos
y garantías de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Por ello, conciben a
la escuela como el espacio de la enseñanza para la transmisión y aprendizaje
del patrimonio plural de la cultura, asegurando la igualdad de oportunidades,
el reconocimiento personal y social. En la escuela de la diversidad y
pluralidad, las diferencias y el disenso conforman una comunidad de
pensamiento, propiciando una cultura
institucional que reconoce lo heterogéneo en su entramado social.
La
participación responsable promueve la consolidación de la democratización en
las escuelas, fortaleciendo un entramado institucional, donde los alumnos
vivencian y aprenden valores sociales en interacción con todos los miembros de
la comunidad educativa. Es por eso, que los diferentes estilos participativos identifican a los establecimientos,
otorgándoles particulares características de identidad.
EL
DIAGNOSTICO PARTICIPATIVO se constituye, entonces, en una instancia necesaria
para favorecer la participación y organización de la comunidad educativa. Al
hablar de Diagnóstico Participativo,
resulta necesario explicitar cada uno de sus términos:
PARTICIPACIÓN:
¿Qué significa y qué implica la
participación de los actores en la realización de un diagnóstico?
Entendemos la participación como “un proceso no como un
estado; es deseable que los miembros de la comunidad educativa tengan cada vez
más injerencia en la toma de decisiones, referida a la marcha institucional,
contemplando siempre la diferencia de roles (…) La participación implica antes
que nada una postura ideológica. Lo ideológico tiene que ver con nuestra
actitud, es estar dispuestos a asumir los riesgos de que otro participe, en
tanto que participar es tomar decisiones. (…)
La participación es
una opción ideológica, no se mueve simplemente por razones técnicas, no siempre
ahorra tiempo y esfuerzo, es una opción democrática en cuanto a la modalidad de
funcionamiento de la institución” (Azzerboni y Harf, 2003).
La participación implica una tarea de develamiento de la
realidad que lleva a un mutuo esclarecimiento y a una toma de conciencia
conjunta. Una amplia discusión para la construcción del diagnóstico con participación
de todos los sujetos constituye un instrumento movilizador en la institución
educativa.
Podemos
diferenciar conceptualmente entre participación
real y participación simbólica (Sirvent,
M. T. 1998).
La
participación real es entendida como “la posibilidad efectiva de
incidir en las decisiones que afectan la vida cotidiana de una población a
nivel institucional o de la sociedad global, presupone la existencia
(constitución o fortalecimiento) de grupos organizados en función de sus
intereses objetivos y con capacidad política de incidencia real en las
decisiones societales e institucionales”. La participación real sucede
cuando los miembros de una institución toman decisiones, las implementan y
evalúan permanentemente. Por otro lado, significa un cambio no sólo en quiénes deciden, sino en qué se decide y a quiénes se beneficia,
es decir una modificación en la estructura del poder.
La participación
simbólica es cuando se genera en los actores la ilusión de ejercer un poder
que no existe o cuando las acciones que se realizan no influyen o influyen
mínimamente en el funcionamiento institucional.
Como sostiene Sirvent, “la participación real no “brota” por generación espontánea de la
población, ni de los docentes; la participación real no es tampoco una concesión de “la autoridad” que la
“otorga” o “la retira”; es una necesidad y un derecho que se aprende y se
conquista. La participación real supone un proceso de aprendizaje, un
proceso de ruptura de prácticas sociales “aprendidas” que obstaculizan la participación,
como la cooptación[2], el
clientelismo o el matonismo. Es un proceso de aprendizaje y de construcción
colectiva de nuevas formas de organización social. (…)
Cuestiones
sobre
¿quiénes participan?, ¿cómo?, ¿a través de qué mecanismos?, ¿en qué áreas de la
vida institucional o del proyecto de
trabajo?”, son interrogantes que
nos ayudan a caracterizar la participación en cada institución.
DIAGNOSTICO:
Es una etapa de un
proceso por el cual se establece la naturaleza y magnitud de las necesidades, o
los problemas que afectan a un sector o aspecto de la realidad que es motivo de
un estudio- investigación, con la finalidad de desarrollar programas y realizar
una acción (Ander Egg, 1991).
Es
un proceso complejo que además de evidenciar problemas, necesidades y magnitud
de las mismas, hace referencia a las causas y consecuencias que producen,
identificando los recursos disponibles y propiciando la comprensión del
contexto social, político, económico y cultural, donde se implementa el
diagnóstico.
Al
diagnóstico no lo hace una persona, es una construcción colectiva. Es
prácticamente imposible que un sujeto conozca toda una institución, por su
complejidad, ya que no todos “ven” lo mismo, aunque compartan marcos teóricos-
referenciales. De ahí la importancia de la comunicación, qué comunicamos, cómo
comunicamos y cómo se socializa la información reconstruida con los actores
participantes. El diagnóstico consiste en comprender para luego tomar
decisiones para el mejoramiento de las prácticas institucionales.
Un
diagnóstico adecuado implica un proceso de análisis, un diálogo previo en donde
aparecen aspectos positivos, logros obtenidos y situaciones problemáticas con
cuestiones a resolver. Dicho proceso comprende las siguientes dimensiones:
- Identificar el problema
- Dimensionar el problema
- Identificar las causas
- Identificar las consecuencias
- Seleccionar la/las alternativa/s de solución
Existen
muchas formas de realizar un relevamiento de problemas (entrevistas, encuestas,
observación, etc.); en este sentido, algunas preguntas simples pueden facilitar
este proceso e iniciar un análisis crítico de la realidad (no tapar los
problemas, sino develarlos) y la posibilidad de involucrarse para
transformarla.
En efecto, el
proceso del diagnóstico participativo posee una potencialidad para el
fortalecimiento solidario, la organización de la comunidad en cuanto a sus
capacidades para la transformación de muchas de las causas estructurales y
coyunturales que afectan a su entorno, logrando influir o construyendo transformaciones
positivas que mejoren su calidad de vida y posibiliten el acceso a bienes y
servicios de la sociedad a la cual pertenecen. (Montero, 2005).
El diagnóstico
participativo como momento de la planificación estratégica
El diagnóstico
participativo cobra sentido dentro de una lógica de planificación estratégica, la cual tiende al desarrollo integral de
la calidad de vida de una población determinada, a partir de la construcción
democrática y ciudadana. Si esto no fuera
así, correríamos el riesgo de perpetuarnos en la relatoría de la situación o
del problema en su realidad compleja y cambiante, sin la posibilidad de
modificación alguna.
Dentro del proceso
de planificación, el diagnóstico participativo permite conocer la situación actual de forma sistemática
(analizar la situación inicial, comprender los escenarios, los límites y las
relaciones políticas, ideológicas y económicas) e hipotetizar la situación futura de no mediar
acciones que modifiquen la situación actual. Entonces, se trata de pensar en líneas
de acción que nos vayan abriendo un camino para revertir las realidades
negativas y fortalecer las realidades positivas, que pensadas en conjunto nos
lleven a delinear una idea proyecto que permita transformar las situaciones de
la comunidad educativa desde varios aspectos simultáneamente. Esto es, porque
cuando diagnosticamos, no sólo vemos problemas y potencialidades, sino que, a
la vez, consensuamos un sentido, un “lugar” al que queremos llegar, una situación deseada, a partir y
desde los saberes y la participación de cada uno de los sujetos que interactúan
en el análisis, la toma de decisiones y la puesta en marcha de la propuesta.
En esta propuesta,
el diagnóstico participativo se
constituye en elemento movilizador para una participación que horizontalice las
relaciones entre los distintos miembros de la comunidad educativa, democratice
las decisiones y permita una distribución más equitativa de las
responsabilidades, correspondiéndoles a los directivos iniciar este proceso a
partir de una convocatoria motivadora y
sensibilizante de todos los actores que intervienen en el escenario escolar.
Es probable que la
implementación de esta modalidad participativa ocasione resistencias, genere
discusiones, devele el disenso, pero es necesario construir en las escuelas un
modelo de gestión basado en la escucha de todos los posicionamientos y
opiniones, capaz de promover un
verdadero aprendizaje de ciudadanía.
En suma, el diagnóstico es participativo cuando una
diversidad de actores interdependientes, decididos a resolver situaciones
problemáticas y/o conflictivas comunes, generan un proceso de reflexión crítico
sobre la realidad que desean transformar y asumen diferentes grados de
involucramiento y compromiso en el curso de las acciones de cambio.
Citas bibliográficas:
ANDER EGG, E. (1991). Introducción a la Planificación. Siglo XXI, Madrid.
AZZERBONI,
D. Y HARF, R. (2003). Conduciendo la
escuela: manual de gestión educativa y evaluación institucional. Novedades
educativas.. Bs. As.
MONTERO, M. (2005).
Teoría y
Práctica de la
Psicología Comunitaria. Paidós, Bs. As.
SIRVENT, M.T. (1998). Poder,
participación y múltiples pobrezas: la formación del ciudadano en un contexto
de neoconservadurismo, políticas de ajuste y pobreza. Mimeo.
ANEXO I
EDUCACIÓN INICIAL
Algunos
establecimientos han podido construir a lo largo de los años, una tradición de
participación democrática en el análisis de las situaciones, en la
planificación, en la toma de decisiones y en la evaluación de las acciones. Las
instituciones del nivel inicial se caracterizaron históricamente por la
estrecha relación docentes-padres, atendiendo a la especificidad de la franja
etaria (0 a
5 años) que conforma su matrícula.
Pero
teniendo en cuenta que no debe tratarse de una acción meramente espontánea e
irreflexiva, es necesario generar condiciones preparatorias para el proceso de
aprendizaje que supone una real participación. Por lo tanto es una tarea de la
institución, donde el equipo directivo tiene que planificar con especial
atención las acciones que se irán instrumentando en el tiempo, procurando que
todos los miembros encuentren los canales necesarios para hacer escuchar su
voz.
La
participación, es una construcción colectiva. En este sentido, cabe
preguntarse: ¿Cómo se concreta la participación de los docentes? ¿y la de las
familias y la comunidad? El Proyecto Educativo Institucional debe ser el
resultado de una práctica que permita y valorice los aportes de todos; es el
ámbito de producción de significado que requiere necesariamente la intervención
de los docentes.
Es
evidente que durante mucho tiempo se ha confundido la colaboración que los
padres brindan en las instituciones del nivel inicial, con participación.
También
con frecuencia se confunde comunicación con transmisión de información.
Mientras que la primera supone un involucramiento mutuo en la escucha,
interpretación y devolución del mensaje, la segunda es unidireccional,
utilizable en situaciones puntuales, pero no válida para caracterizar las
relaciones interpersonales en los Jardines de Infantes.
En
el vínculo con los padres y demás miembros de la comunidad es necesario que los
docentes reciban, atiendan y consideren sus intervenciones y sugerencias,
generando una auténtica comunicación.
La
participación permite estrechar las relaciones entre la institución, las
familias y la comunidad.
Una
participación real significa:
Ø
Circulación de la información que permita
el conocimiento institucional.
Ø
Consulta a los miembros de la comunidad
educativa, previa a la toma de decisiones que impliquen un cambio en la
dinámica institucional.
Ø
Toma de decisiones compartidas.
Las primeras reuniones de padres serán los ámbitos
precisos para explicitar con claridad el contrato familia-Institución e iniciar
la apertura de canales de participación para comenzar a definir tomas de decisiones relacionadas por
ejemplo con:
o
Organización de los ambientes: las familias
pueden realizar aportes significativos que permitan la construcción de un
ambiente seguro, confortable y estético.
o
Horarios del periodo de inicio: en este
aspecto es necesario conocer las situaciones generales y particulares para
luego determinar los horarios en función de las necesidades de los niños y sus
familias prioritariamente.
o
Producción y uso de la información: a
través de la identificación de los contextos distintivos de esa comunidad en
particular, y una sistemática actualización que posibilite planificar acciones
coherentes con su entorno.
El
primer paso para aprender a participar lo constituye la habilitación de un
espacio de intervención en los proyectos de enseñanza que organiza el docente
para su grupo de alumnos, donde las familias puedan aportar sus expectativas,
sus saberes e ideas con el objeto de optimizar los resultados. Asimismo, el
favorecer las expresiones y opiniones para que los padres evalúen los procesos,
logros, dificultades, de la tarea llevada a cabo, -práctica poco habitual o
inexistente-, posibilitaría la incorporación de otras miradas, profundizando y
enriqueciendo el análisis institucional.
En
este sentido, es importante realizar algunas reflexiones a la hora de promover
la participación de otros miembros de la comunidad:
-
Los tiempos y espacios de participación se
deben organizar considerando las normas establecidas en el sistema educativo, y
en un marco de respeto de los roles y funciones.
-
Las propuestas y consideraciones planteados
por miembros de la comunidad deben ser analizados y seleccionados con criterio
pedagógico por el equipo docente.
-
Los miembros de la institución informarán a
los integrantes de la comunidad los criterios aplicados en la selección de los
aportes, con los fundamentos que los sustentan.
La
realización del diagnóstico será entonces, el resultado de una participación
continua del personal de la institución (y no solo de los docentes) y una progresiva
incorporación de las familias en las
decisiones institucionales.
El
diagnóstico participativo requiere de una planificación previa que contemple la
forma en que se seleccionarán y jerarquizarán los factores a ser analizados,
los tiempos y modos en que las personas aportarán su mirada sobre los mismos.
También se preverán los instrumentos que sintetizarán la información y el modo
en que se comunicarán los resultados. Los organismos co-escolares:
asociaciones, consejos, grupos, serán ámbitos propicios para favorecer la
representación de todos los sectores.
Los
recursos humanos y materiales, la disposición de los espacios, la organización
de las actividades, la distribución del tiempo, las características de los alumnos, de los docentes, y de la comunidad,
las expectativas de las familias, las evaluaciones de años anteriores, -en
particular las características que asumió la enseñanza -, serán analizados para
profundizar el conocimiento de la institución y del contexto, con el objeto de
valorar y potenciar los aciertos, identificar y jerarquizar los problemas
facilitando su abordaje.
El
diagnóstico, como parte del proceso participativo, promoverá en todos los
miembros de la comunidad educativa “…una cooperación auténtica fundada en la
comprensión, el conocimiento recíproco, el diálogo sincero que enfrente los
problemas, no perdiendo jamás de vista los objetivos de la tarea que los nuclea
y les da sentido”[3]
Anexo II
Educación Primaria
Continuando con el
marco dado y siguiendo las líneas de las comunicaciones anteriores “Algunas
consideraciones acerca de la compensación pedagógica” y “Un nuevo inicio, otro
comienzo”, elaboramos estas consideraciones para compartir con Uds algunas
preguntas que ayudarían a la construcción del Diagnóstico Participativo
Institucional en las escuelas primarias bonaerenses.
Pensar en un
Diagnóstico Participativo Institucional requiere:
·
Establecer acuerdos acerca de obstáculos y
facilitadores, priorizándolos.
·
Diseñar instrumentos, herramientas para su
elaboración.
·
Pensar acciones específicas y / o
complementarias para cada rol institucional.
·
Establecer metas u objetivos a alcanzar en
el corto, mediano y largo plazo. Estas metas deben ser factibles, pequeños
pasos para intentar modificar algo de la situación problemática.
·
Determinar con quiénes las vamos a llevar a
cabo.
·
Focalizar y establecer los compromisos que
asumen los miembros de la comunidad educativa (Directivos, Alumnos, Docentes,
Equipos de Orientación Escolar, Profesores Especiales, Auxiliares, miembros de la Asociación Cooperadora ,
Padres y demás actores que intervienen en lo cotidiano de la institución).
Implementar
las acciones proyectadas supone:
·
Llevar adelante los acuerdos establecidos
con los diferentes actores
·
Priorizar los encuentros/ reuniones para
analizarlo conjuntamente.
·
Tener presente que cuando un conflicto se
produce estamos todos involucrados en él y todos tendremos algo que revisar,
algo para proponer, algo para comprometernos, algo para cambiar. No enojarnos
con el conflicto.
·
Accionar reflexivamente y responsablemente
.En la medida que podamos instalar este modelo vincular, podremos exigir lo
mismo de alumnos y / o padres.
Hemos pensado
algunas preguntas que podrían ayudar en la construcción del Diagnóstico
Participativo Institucional:
·
¿Cuáles
son los problemas que nos preocupan en
la institución?
·
¿Qué
decisiones deberíamos adoptar para mejorar la problemática?
·
¿Cuáles son
las personas comprometidas en esta problemática?
·
¿Qué
estaríamos dispuestos a hacer cada uno
para resolverla?
Todos estos
interrogantes y otros que surjan de la discusión y de la puesta en común de las
situaciones que cotidianamente se presentan en el ámbito de la escuela,
permitirán una verdadera participación de los todos los actores en la
construcción del Diagnóstico Participativo Institucional.
ANEXO III
EDUCACIÓN SECUNDARIA
En este apartado,
nos proponemos presentar la propuesta de trabajo para el ámbito específico de
las escuelas secundarias, enmarcada en el documento “El diagnóstico
participativo. Una propuesta para el mejoramiento de la prácticas
institucionales”. Para ello, es ineludible hacer alguna referencia al proceso
de cambios que atraviesa este nivel de enseñanza.
La educación
secundaria, tanto a nivel nacional como provincial se encuentra en un momento
de cambios y desafíos, en el marco de la
Ley de Educación Provincial Nº 13.688, en consonancia con la Ley de Educación Nacional Nº
26.206, en la cual el Estado asume por primera vez la obligatoriedad de este
nivel de enseñanza y es también parte del horizonte de derecho garantizado por la Ley Provincial
13.298 de Promoción y Protección de los Derechos de los Niños/as, inscripta en
la normativa internacional establecida por la Convención Internacional
de los Derechos de los Niños.
En este marco, se
instala un proceso de cambio que las escuelas secundarias de la provincia de
Buenos Aires han comenzado a transitar. Este proceso -la conformación de la
escuela secundaria obligatoria de seis años- es diferente en cada institución;
sin embargo, en todos los casos implica un trabajo institucional importante de
definición y redefinición de cuestiones estructurales que hacen a la identidad
de cada escuela en particular y de las escuelas secundarias de la provincia en
su conjunto. En este sentido, la identidad de la secundaria de la provincia se
conforma con los principios de inclusión
educativa y participación
democrática.
La inclusión
educativa apunta a orientar las acciones en pos de lograr la escolarización –
acceso, permanencia con aprendizaje y finalización- de todos y todas los/ las
adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores de la Provincia de Buenos
Aires, propósito que requiere afianzar los vínculos entre los actores de la
comunidad educativa, puesto que ningún actor social puede afrontar de manera
aislada el desafío de lograr que la inclusión de nuestros/as jóvenes en el
sistema educativo sea un proceso real y que se sostenga en el tiempo.
El lineamiento
“promoción y profundización del gobierno democrático de la escuela secundaria
obligatoria” persigue como propósito: promover
la consolidación de la escuela secundaria obligatoria mediante el desarrollo y
profundización de experiencias de democratización de la vida escolar con la
participación activa de los distintos actores institucionales.
Esta Dirección Provincial
promueve, entonces, espacios de reflexión que permitan pensar en los diferentes
modos y dispositivos institucionales
pertinentes al momento de poner
en marcha prácticas de democratización del gobierno escolar y formación en la
ciudadanía, mediante la definición democrática de los Acuerdos Institucionales
de Convivencia y la conformación de Centros de Estudiantes.
Muchas son las escuelas que han avanzado en la elaboración o
reelaboración de los Acuerdos Institucionales de Convivencia y en la
conformación de los Consejos Institucionales de Convivencia, otras están
transitando en este momento por la etapa de discusión sobre los mismos. Hay
escuelas en las que los estudiantes se han organizado a través de los Centros de Estudiantes o de otras formas organizativas.
Los procesos antes señalados requieren de la participación democrática de
los actores involucrados en la toma de decisiones que atañen a la vida
institucional. En este sentido, nos parece oportuno compartir este documento
sobre diagnóstico participativo, como una herramienta más de apoyo y trabajo
colectivo en pos de afrontar la complejidad derivada de los procesos sociales e
institucionales en los que la escuela está inserta.
ANEXO IV
EDUCACIÓN ESPECIAL
El trabajo en
equipo desde la dinámica transdisciplinaria es un pilar del “hacer” de la
institución de Educación Especial, en un trabajo cooperativo, armónico y
articulado, conducido y asesorado por el Director, del que forman parte todos
los actores, incluyendo y potenciando una real intervención de la familia.
Con relación al
diagnóstico participativo, al que hace referencia el documento, consideramos
que existe una historia arraigada en los orígenes de esta Dirección, incluyendo
dentro de los miembros involucrados a todos: docentes, equipo técnico, padres,
contexto socio-comunitario y todas las instituciones educativas y del mundo del
trabajo que se relacionan y accionan con las escuelas.
·
Equipo transdisciplinario
·
Roles y funciones.
·
Espacios institucionales de participación.
Consideramos
entonces que el marco referencial para la elaboración del diagnóstico
participativo se fortalece y reedita en la Circular anteriormente mencionada.
Con relación a las
intervenciones interinstitucionales que se desarrollan en el marco de los
Proyectos de integración, las mismas se realizan fundadas en el análisis de las
características de la institución educativa y del alumno sujeto de la
integración, en un accionar cooperativo con el equipo de la escuela de
pertenencia.
Desde esta mirada,
el contexto educativo adquiere una dimensión relevante. En una relación
dialógica, el maestro integrador, como representante del equipo
transdisciplinario, focaliza su atención en el sujeto de aprendizaje y su
relación con el contexto, observando en forma conjunta con su par docente y
otros actores involucrados, facilitadores y obstaculizadores del mismo
puntualizando en: las estrategias de abordaje que favorecen el aprendizaje, las
metodologías, el vínculo y el apoyo emocional de los docentes, el clima del
aula, la temporalización y disponibilidad de recursos humanos y materiales que
resulten más adecuados.
Desde la función de
coordinador del Equipo Transdisciplinario, el Director de educación especial es
quién facilita y propicia los espacios de encuentro, tanto hacia el interior de
la escuela, como en las relaciones con las otras instituciones, que sostienen y aseguran una dinámica
adecuada a las exigencias de la propuesta de integración.
La concreción de
una auténtica propuesta participativa, quedará plasmada en los acuerdos entre
las instituciones, que tendrán la suficiente fortaleza para su respeto, tanto
como flexibilidad para la visión crítica oportuna y pertinente.
ANEXO V
EDUCACIÓN FÍSICA
Los Centros de Educación Física son instituciones con fuerte
impronta comunitaria, constituyendo un espacio social por excelencia,
estimulante y dinamizador de su comunidad, donde los alumnos concurren
eligiendo una o más de las actividades de la institución. El CEF desempeña su
rol en la recuperación de una cultura comunitaria que, a través de la búsqueda
de formas propias de organización, se expresa e influye en las decisiones que
inciden en el devenir de su acontecer institucional.
En este trabajo, se proponen aportes para pensar acerca del Diagnóstico Participativo en los CEF,
dando continuidad a otros espacios de reflexión e intercambio referidos a la
gestión participativa que se viene abordando hace algún tiempo en estas
instituciones.
El Diagnóstico Participativo posibilita identificar los
problemas, categorizarlos, jerarquizarlos para asumir las decisiones que
permitan operar sobre ellos. De esta manera la organización participativa va
cobrando cuerpo en cada CEF.
Algunos ejes para orientar el diagnóstico
participativo en cada CEF:
Se proponen
a continuación, algunos interrogantes, que no excluyen otros que puedan surgir,
para orientar la construcción en el CEF del Diagnóstico Participativo tomando
como referencia los ejes de la gestión.
·
El eje curricular
¿Cómo se
deciden en el CEF las Propuestas
Educativas?
¿Las
intervenciones que utilizan los docentes en las clases, propician en los
alumnos el acceso a la información, opinión y toma de decisiones?
¿Se
conforman dentro del CEF agrupamientos representativos de los diferentes
integrantes institucionales (centro de alumnos, consejo de profesores,
asociaciones de padres, otros)?
·
El eje institucional
¿De qué
manera se diagnostican los problemas institucionales?
¿Cómo se
llevan a cabo los procesos de toma de decisión? ¿Quiénes participan en esas
decisiones?
¿Se
habilita espacio para que los diferentes actores expresen opiniones,
sentimientos, ideas al participar en el diagnóstico institucional y al acordar
la “situación deseada” para CEF?
¿Se
definen de manera democrática las formas de participación que permitirán a la
institución arribar a la situación deseada?
·
El eje político social
¿Qué articulaciones
se dan con otras instituciones? ¿Quiénes deciden esas articulaciones?
¿Cómo participan
los distintos sectores de la comunidad en el CEF?
A modo de cierre,
se considera importante en la puesta en marcha del Diagnóstico Participativo en los CEF : 1)
reconocer aspectos positivos, 2) detectar problemas, 3) indagar posibles
causas, 4 ) construir una visión compartida de la situación deseada y 5)
acordar un dispositivo de los diferentes ámbitos para la participación de los
diferentes actores para arribar a la situación deseada . Ámbitos - de los
padres, de los docentes, de los alumnos, de los auxiliares, de los directivos,
otros.
ANEXO VI
DIRECCIÓN DE PSICOLOGÍA COMUNITARIA Y PEDAGOGÍA SOCIAL.
Los resultados del diagnóstico participativo
institucional serán utilizados en el marco de la planificación estratégica, si
no se entiende así quedamos en la relatoría de los problemas y podemos sentir
que fuimos convocados otra vez para lo mismo y, lo que es peor, se daña la
participación.
El diagnóstico tiene que brindar información precisa,
dar a conocer la realidad, los problemas
de cada Institución educativa, desnaturalizar realidades y objetivarlas
corroborando la información.
Por ejemplo si surge
como problema el abandono escolar, tenemos que verificar la cantidad de alumnos que no concurren a la
escuela, situar los años más críticos, como primera aproximación al problema.
Es importante la
presencia de todos los
actores institucionales garantizando la representatividad de toda la
comunidad educativa: personal docente (directores, maestros, preceptores, EOE)
personal auxiliar, alumnos, familias. Un
problema señalado como problema puede no ser prioritario para otros actores
educativos.
Luego de enunciados los problemas que describen la
realidad, identificar causas y analizar
recursos, tendrán que generarse las propuestas, las prácticas transformadoras
de la realidad que fue analizada previamente.
El rol de nuestras estructuras
territoriales en el Diagnóstico Participativo
A continuación enlistaremos algunas de las posibles
formas de intervenir desde la especificidad de nuestra Modalidad en la
construcción del Diagnóstico Participativo Institucional
·
Incentivar la
participación de todos los actores comunitarios, propiciando la horizontalidad
del diálogo, la discusión y la
definición de los problemas detectados en cada Institución Educativa.
·
Coordinar reuniones
si se ha establecido en Reunión de Equipo Escolar Básico esta función.
·
Participar en el
Diagnóstico Participativo Institucional de otra escuela, intercambiando con
otro miembro de equipo de esa escuela y de esta manera operar como
externo,.esto facilitaría el intercambio y la visión de extraterritorialidad.
·
Generar estrategias
que favorezcan la concurrencia de las familias y de otros actores comunitarios.
·
Participar en la implementación de técnicas
de trabajo grupal que posibiliten
la circulación de la palabra.
·
Los Equipos
Interdisciplinarios Distritales podrán coordinar las reuniones distritales de directores junto a los inspectores de los
diferentes Niveles y Modalidades o intervenir en alguna acción especifica,
según el criterio del equipo supervisivo distrital.
·
Los inspectores, coordinarán los encuentros
con directores de CEC a fin de contribuir al Diagnóstico Participativo
distrital con el aporte de la
Modalidad.
Estas son algunas
orientaciones de trabajo, Uds. seguramente podrán vislumbrar todas aquellas que
en su propio contexto pueden llevar adelante.
El Diagnóstico Participativo en el CEC
El diagnostico participativo es el
primer paso para transformar la realidad. A continuación les ofrecemos una
secuencia para guiar el trabajo en la institución. Lo ideal es que cada paso
quede escrito en un papelógrafo para que la lectura se exhiba y se retome.
1. EL PROBLEMA (Qué pasa)
¿CUÁLES SON LAS
SITUACIÓNES O PROBLEMAS QUE DEBERIAMOS
TRABAJAR?
Es necesario facilitar un proceso de discusión
grupal, en el cual los participantes enuncien sus problemas, sin clasificación
previa (por urgencia, importancia o recursos disponibles). Finalizado el tiempo del trabajo grupal, los
participantes (preferentemente) escriben en un papel afiche.
LOS
PROBLEMAS o situaciones que queremos resolver son …………………..(detallarlos)
2. LA PRIORIZACION
Los Integrantes
del grupo establecerán un orden de
prioridades a los problemas identificados. La priorización tiene por propósito
elegir entre una serie de alternativas,
dónde comenzar a trabajar. En el primer papelógrafo los problemas
estaban sin orden, tal cual fueron
transcriptos por los participantes.
LISTADO DE SITUACIONES O PROBLEMAS SEGÚN LAS
PRIORIDADES ASIGNADAS POR EL GRUPO.
HEMOS ELEGIDO:……………………………………………………………………………………..
Seleccionada la situación, o problema priorizado, los
participantes deben identificar las causas que lo originan.
3. LAS
CAUSAS (Por qué ocurren)
Recuerden que en la discusión de las causas pueden
surgir temas relacionados con el funcionamiento institucional, sus recursos
humanos, condiciones sociales,
culturales y políticas. Todas deben ser trabajadas.
Algunas de las causas pueden ser consecuencia de las
representaciones sociales que tienen los participantes, (ideología, actitudes,
prejuicios, etc.), que deberán ser tomadas en cuenta y pueden ser parte de un
trabajo posterior.
Al finalizar el listado seleccionen por lo menos 3, aquellas
que consideran posibles de modificar. Recuerden que los problemas están
multideterminados.
Listado de causas
Las tres principales
son:……………………………………………………………………………….
4. LAS CONSECUENCIAS (¿Cómo nos afecta?)
Las respuestas a este interrogante se espera que se
den en el marco de la discusión, el intercambio de información y una mayor
conciencia de la realidad. Las consecuencias deben incorporar la cantidad de
afectados, lugar (indicadores con frecuencia, magnitud, número de casos), etc.
Esta información dará cuenta posteriormente en la
etapa de planificación de la “importancia del problema y la necesidad de
modificarlo”. ,
5. LA SOLUCIÓN
¿CUÁLES SON LAS
ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN PARA EL PROBLEMA Y CUÁL ES LA MAS VIABLE ? Un problema o situación puede tener varias soluciones,
es necesario examinar cada una de ellas para buscar la más eficaz y la que está
más de acuerdo con nuestras posibilidades.
… el diagnóstico participativo
es el primer paso para transformar una realidad, pero si el esfuerzo colectivo
queda en la formulación del problema sin integración a la planificación y no
hay efectos transformadores, se esta
contribuyendo a “la inhibición de la participación”.
[1] PLAN EDUCATIVO 2008-2011
[2] La
cooptación es el proceso por el cual un actor logra, por algún medio que no sea
el conflicto, que el otro se sume a su propuesta sin modificarla. Ver C. Matus
Ramos. Política, Planificación y Gobierno. Altadir, Caracas,
1987.
[3] SAN MARTÍN DE DUPRAT, Hebe; MALAJOVICH, Ana – Pedagogía del Nivel Inicial- Buenos Aires. Ed. Plus Ultra 1993
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